MÉTODOS

NATURALEZA DEL CONFLICTO.


Polonio dice en Hamlet:
"Y sobre todo, esto: Sé sincero contigo mismo, y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedas ser falso con nadie".


CONFLICTO INTERNO.



Entendiendo por éste el conflicto que manejamos como seres individuales, como personas. ¿Pregúntese, por unos instantes, qué tan sincero suele ser consigo mismo?, ¿qué tan coherentes suelen ser sus actos con respecto a sus pensamientos y sentimientos?, ¿Cuántas veces al día, aunque no este muy consciente de ello, se ve en la necesidad de justificar los actos, los hechos o las opiniones que contradicen sus convicciones más profundas?.

Si permanentemente, consciente o inconscientemente, estamos manipulando o acallando nuestra consciencia, excusándonos por no ser capaces de actuar y hablar conforme pensamos y sentimos ¿Qué podemos esperar de nuestra actitud para con los demás? Si no cambiamos de actitud ¿Qué pueden esperar los demás de nosotros? ¿Qué podemos esperar de ellos?

Podríamos,  entonces, refiriéndonos al conflicto interno, decir que éste surge cuando no logramos acallar nuestra necesidad, nuestro anhelo insatisfecho de experimentar la verdad. La verdad sobre uno mismo, la verdad sobre nosotros mismos.

En el conflicto interno la incomodidad, el sufrimiento, la angustia o el miedo, no son el resultado del conflicto, sino de la forma en cómo lo manejamos. Así, si resolvemos actuar o expresarnos en contra de aquello que pensamos o sentimos, es normal que nos sintamos incómodos, pero esa incomodidad o angustia o el miedo o el sufrimiento, no son el resultado del conflicto sino de la forma en que decidimos manejarlo.



El conflicto interno surge como un síntoma de nuestro anhelo de verdad insatisfecho. Si se opta por manejar el conflicto de otra forma, siendo sinceros con nosotros mismos y logrando un estado de coherencia entre nuestros pensamientos y sentimientos y nuestras acciones, los resultados también serán muy diferentes: Tranquilidad, sosiego, felicidad...



CONFLICTO EXTERNO



Cabe, entonces, iniciar con la pregunta sobre ¿qué sensación produce el conflicto? ¿Nos gustan los conflictos con los demás? ¿Qué sentimientos nos despiertan? ¿Preocupación? ¿Angustia? ¿Ansiedad? ¿qué nos sugieren? ¿Problemas? ¿Enfrentamientos? ¿Violencia? ¿Son entonces malos los conflictos externos?

El conflicto en la dimensión externa, surge cuando tenemos necesidades o intereses insatisfechos y experimentamos la necesidad de interactuar con otro u otros para satisfacerlos. gracias a estos conflictos los hombres y las mujeres nos vemos en la necesidad de interactuar para buscar respuestas a esas necesidades e intereses insatisfechos.



El conflicto puede constituirse en un motor de desarrollo si se le maneja bien por aquellos que se ven involucrados en él. Por el contrario puede ser causa de angustia, enfrentamientos, violencia y dolor si se le maneja mal.

El conflicto, tanto en el ámbito de lo interno como de los externo, no es más que una manifestación de la existencia de necesidades, intereses o anhelos insatisfechos. No es bueno o malo, pero puede ser bien o mal manejado.

MÉTODOS PARA LA SOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS.

LA NEGOCIACIÓN

En este proceso las partes interactúan, sin intermediarios, con el objeto de construir un acuerdo que les permita satisfacer sus necesidades e intereses prioritarios.

Los directamente interesados asumen la responsabilidad de manejar el conflicto. El proceso que ellos mismos generan les ofrece la oportunidad de construir un acuerdo en la medida de sus necesidades e intereses. Además pueden, con él, mejorar sus habilidades como negociadores y administradores de conflictos, aprendiendo y mejorando gracias a la experiencia.





LA MEDIACIÓN

En este las partes interactúan con la asesoría de un tercero, el mediador, con el objeto de construir un acuerdo que les permita satisfacer sus necesidades e intereses prioritarios.

Este proceso tiene las mismas características que la negociación. Es decir, que las partes se hacen responsables del proceso y del conflicto que sólo a ellas corresponde resolver.

El mediador es un tercero que tiene la responsabilidad de ayudar a las partes en el desarrollo del proceso. les facilita la comunicación y la relación, recurriendo a diferentes técnicas de mediación y negociación. Puede colaborar con ellas para la construcción del acuerdo, pero por ningún motivo intenta imponer sus puntos de vista. Por el contrario reconoce que el mejor acuerdo es aquel que surge del trabajo, del entendimiento y de la convicción de las partes.




EL ARBITRAMENTO

En este proceso las partes, de común acuerdo, delegan en un tribunal la decisión que se tome. Las partes deciden quiénes conformarán en dicho tribunal, en el cuál queda la responsabilidad de manejar y resolver el conflicto que las vincula.

Ellas intervienen en el proceso sólo a través de sus abogados. No tienen la posibilidad de construir un acuerdo conforme con sus intereses y necesidades. La responsabilidad de resolver el conflicto recae sobre el tribunal de arbitramento que emitirá un laudo arbitral atendiendo las posiciones que planteen los abogados, la información que aporten los testigos y peritos.

Hay dos posibles arbitramentos, el que sigue criterios legales,si se trata de un arbitramento en derecho; o el que sigue criterios propios, si se trata de uno en equidad.  Los árbitros elaboran el laudo, que es la solución que se le impone a las partes.





EL JURIDICCIONAL

En este proceso un tercero, el juez, es designado por el estado. asume la responsabilidad de resolver el conflicto sin que haga falta el consentimiento de las partes. Las partes intervienen en el proceso a través de sus abogados. El conflicto será resuelto mediante una sentencia que emitirá dicho juez.

Esta sentencia puede ser revisada y eventualmente corregida por uno o dos tribunales conformados por varios magistrados. La sentencia se le impone a las partes. No resulta extraño entonces, que una de ellas o ambas, se sientan maltratadas y se muestren reacias a cumplirla, por lo cual es común que deba recurrirse a otro proceso judicial para obligarlas a observar las disposiciones del juez.

Las partes que no participan en la construcción de la sentencia a menudo no la entienden ni la comparten.  





LA CONFRONTACIÓN

Cuando hablamos del proceso de confrontación no estamos, necesariamente, haciendo referencia a un proceso de confrontación armada o que implique violencia física o verbal. También nos referimos a los procesos de negociación que las personas suelen adelantar para resolver sus problemas. Procesos conforme a los cuales las partes intentan convencer al otro de que ellas saben como darle solución al conflicto (problema) que las vincula. Las formas que utilizan son recurriendo a las más variadas estrategias: persuación, manipulación, engaño, amenazas, presiones, que pueden implicar el ejercicio de la autoridad del padre, o del jefe, o del más educado, o la fuerza del más rico, o del mas fuerte o del más violento, o del que detenta un determinado cargo, entre otros.

Cuando hablamos de un proceso de confrontación nos referimos a todos aquellos en que las partes pretenden imponer sus soluciones sin escuchar ni tener en cuenta al otro, a todos aquellos procesos en que no se permite al otro ser un constructor reconocido y activo del acuerdo. 








RELACIONES SOCIALES Y MANEJO DEL CONFLICTO
Julián Posse Obregón.



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PROGRAMA NACIONAL DE ARBITRAJE


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La figura del arbitraje constituye una herramienta eficaz, confiable y con todas las ventajas de ser en esencia una justicia especializada en diversos campos del derecho, lo que ha llevado a que el valor de su desarrollo se haya hecho tangible más allá de su visión como herramienta de descongestión de despachos judiciales. Al considerarse como un mecanismo heterocompositivo, las partes otorgan la facultad a un tercero especializado en el asunto concreto, el árbitro, para que emita un fallo denominado laudo arbitral, que establecerá con los mismos efectos de una sentencia judicial, los alcances de la solución dada a la controversia presentada. Todo el procedimiento para llegar hasta ese pronunciamiento vinculante, se hace de acuerdo con las normas fijadas para preservar el orden público y el principio del debido proceso.


Para fomentar el uso del arbitraje, el Ministerio de Justicia y del Derecho se ha dado a la tarea de incentivar la difusión de esta figura, para aumentar la confianza de los ciudadanos en ella y abaratar sus costos.



Para ello, se ha diseñado e impartido un Programa de Formación en Litigio Arbitral, el cual abarca temas relacionados con arbitraje nacional e internacional. Durante el año 2012 se logró llevar esta formación a 400 abogados y estudiantes de último año de Derecho de siete ciudades del país.



Adicionalmente, el Ministerio trabaja en la reglamentación de la figura del arbitraje social, para que los Centros de Arbitraje del país atiendan de manera gratuita un número mínimo de casos en cada anualidad, haciendo esta figura asequible a pequeñas empresas y a ciudadanos que no están en condiciones de pagar las tarifas ordinarias.



Así mismo, el Ministerio debe generar espacios innovadores recurriendo a las TICs para la realización de las funciones propias de los Centros de Arbitraje. Con ello, los litigios puedan ser resueltos por árbitros en tiempos muy breves, de manera sencilla y a bajo costo. A través de Internet, los Centros Virtuales de Arbitraje ofrecerán solución dinámica y ágil a las controversias, con una reducción sustancial de los costos asociados a las formas tradicionales.



Fuente: http://www.minjusticia.gov.co/Ministerio/Estructuraorganizacionaldelaentidad/ViceministeriodePromoci%C3%B3ndelaJusticia/Direcci%C3%B3ndeM%C3%A9todosAlternativosySoluci%C3%B3ndeConflictos.aspx






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